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El rincón de pensar

Pedagogía Laboral

Transición profesional

Se puede estar de acuerdo con la proposición de “a mayor formación, mayor empleo”, pues cuanto mejor se esté formado mayor posibilidad de encontrar empleo tendrá. Por lo que, la formación que se oferte y tengan los individuos, la socialización, las rigideces del mercado de la contratación y del salario y la demografía del país, son factores clave en la transición profesional, pero a estas conclusiones pueden llegar todos. Así que se analizarán otros factores que intervienen en la búsqueda de empleo como, el contexto sociohistórico, económico-producción, cultural e ideológico, aunque este último lo podemos incluir en el sociohistórico o cultural.

El contexto sociohistórico y cultural abarcan los factores de situación familiar, demográficos pues como se ha visto a lo largo de la historia aquellas épocas donde ha existido una gran natalidad (baby boom) esta nueva generación ha encontrado problemas para encontrar trabajo dado que existen muchos para cubrir un número determinado de puesto, por ello una medida que se puede adoptar para evitar esta situación es ampliar la etapa de escolarización y así cubrir los puestos de trabajo paulatinamente sin masificaciones.

El contexto económico-producción tiene en cuenta las prestaciones sociales y el mercado laboral tanto productivo como de finanzas. Como ya se ha visto en otras reflexiones y textos de otros autores, la producción actual ofrece bienes y servicios de forma flexible, es decir, que puede cambiar su producción dependiendo de la demanda. Esto se debe a la nueva organización de las empresa en base al capitalismo informacional, es decir, al capitalismo sustentado en el intercambio de información y conocimiento gracias a las TICs, creando sociedades en red y facilitando la deslocalización de las empresas en diferentes países atendiendo más de cerca a la demanda y favoreciendo la adquisición de información para la nueva regeneración de conocimiento sobre la producción.

Estos contextos convergen en los ajustes de expectativas de los individuos para la consecución de logros, o con otras palabras, dependiendo de la formación del sujeto tendrá unas expectativas y se le irá orientando en su formación para que consiga ese logro. Cuanta más formación se tenga más capacidad de logro existirá dado que estará preparado para saber buscar, seleccionar y promocionarse en su trabajo. Aunque la escuela carece en este aspecto, pues no hay orientación profesional, los alumnos se dejan llevar, lo que conlleva a “se hace mucho pero se decide poco” (Casal),  por eso desde las primeras etapas el sujeto debe comenzar a decidir por muy simples que sean las cosas, para que cuando lleguen los momentos importantes sepan afrontar esas situaciones y sepan elegir la alternativa más adecuada para su situación.

Así que por un lado tenemos la generación de expectativas y el ajuste de logros (todo lo relacionado con la formación) y por otro lado tenemos la situación del individuo (contextos). La intersección de ambas claves de la transición a la vida laboral de forma perpendicular nos ofrecen seis modelos o tipos de personas que pueden salir de esta convergencia: éxito precoz, trayectorias obreras, aproximación sucesiva, trayectoria en precario, trayectoria en desestructuración y trayectoria de adscripción familiar.

El éxito precoz, hace referencia a sujetos de mucha formación y ajuste de expectativas, que han encontrado rápidamente trabajo o ha sido rápida su promoción interna en la empresa. Las capacidades de logro de estas personas es la idónea. En este modelo podemos encuadrar a personas que acaban su formación, opositan y aprueban la primera vez que se presentan, o gente que tiene suerte y les contratan pronto en una empresa.

La trayectoria obrera, son personas que han adquirido escasa formación y han encontrado trabajo rápidamente, pero sus expectativas de logro son bajas. Un ejemplo de este modelo son personas que con el graduado han buscado trabajo como mozos de almacén, peones, camareros, etc.

La aproximación sucesiva, son personas con altas expectativas y mucha formación, pero tardan en encontrar el puesto de trabajo acorde a lo que ellos mismos se exigen. Esta forma de transitar no implica estar parado hasta hallar el puesto de empleo esperado; sino que primero se transita en precario, es decir, emplearse en trabajos que requieren escasa cualificación, con contratos temporales, salarios bajos y alternándolos con épocas de paro, hasta encontrar el trabajo definitivo. Actualmente esta combinación de transiciones es la forma dominante entre los jóvenes. Un ejemplo de esta situación puede ser universitarios recién salido de la carrera que se emplean en supermercados, tiendas… hasta que por fin encuentran el trabajo que esperaban.

Hay que tener cuidado con esta transición pues se puede caer en una descualificación si no se halla el trabajo definitivo y si no se promueve el aprendizaje permanente o formación continua.

La trayectoria en precario o vulnerabilidad, son personas que pueden tener mucha cualificación pero que no encuentran trabajo estable que sea acorde con sus expectativas y tardan mucho en estabilizarse o simplemente no lo encuentran. Esta trayectoria puede generar en estos empleados descualificación porque sus competencias adquiridas son mayores de las que les exige el trabajo. Además esta trayectoria tiene otro handicap que es que a medida que pasan los años más difícil será para el sujeto encontrar trabajo.

La trayectoria de adscripción familiar, puede darse con un ajuste de expectativas complejo o simple pero siempre de forma precoz, pues dependiendo del sector que atienda la empresa familiar requerirá de unos conocimientos más especializados y más complejos que otros, pero siempre una vez terminada la formación su puesto de trabajo estará asegurado.

La trayectoria en desestructuración, es la más compleja. Se da cuando existe apenas formación y ajuste de expectativas a un nivel medio; tardan en encontrar trabajo o incluso no lo llegan a encontrar. Esta situación se da especialmente en sectores de marginación que pueden cobrar un salario a través de la economía sumergida o sectores de marginación social como personas de otras culturas o razas.

El tener claro los diferentes tipos de modelos que se pueden dar nos pueden ayudar a nosotros mismo a averiguar en qué situación nos encontramos, en cuál nos gustaría estar, qué puede ser mejor para nosotros y así ayudarnos a decidir.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

CASAL BATALLER, J.: Modalidades de transición profesional y precarización del empleo.

Historias de vida

Historias de vida

 “Somos lo que vemos” o “nadie ve fuera lo que tiene dentro”, esto quiere decir que nuestra conducta se ve reflejada en nuestra percepción, es decir nuestra forma de ver el mundo.

La percepción se asemeja a un mapa que refleja parte del territorio, es decir, una parte del mundo real. Por ello, no podemos estar siempre seguros de ser poseedores de la verdad pues dependiendo de cada uno, el mapa/percepción será diferente, pues el ser humano es subjetivo por naturaleza y cada cual tendrá una forma diferente de interpretación. Por tanto, ¿qué es la realidad mas que un ente constituido por visiones subjetivas de los individuos?

La realidad social es una convergencia entre la cultura/contexto en el que vive el sujeto y el sí mismo de la persona o personalidad. Como vemos, el contexto influye pero existe un margen de determinismo que nos permite libertad para tomar decisiones.

Para poder analizar esta realidad es necesario conocer el ámbito laboral, económico, educativo… y por ello, la educación ha de dar mayor formación sobre el mundo del trabajo para aumentar la capacidad de elección y no dar la espalda a los problemas que se planteen.

Dentro de la realidad social, las historias de vida nos ayudarán a analizarla, siendo una imagen social del “sí mismo que actúa como puente ente la cultura y la personalidad” (Jaime Ochoa, 1996-97). En el pasado, estas historias de vida jugaban un papel importante en la vida social y era la manera de transmitir los elementos de vida de una generación a otra (Lucca &Berrios, 2002). Actualmente es una forma de estudiar los acontecimientos de forma descriptiva, atendiendo especialmente al proceso de narración de los hechos tanto significativos como poco significativos, más que en los datos cuantitativos; con el fin, de rescatar los valores y creencias de una cultura, observar e interpretar la evolución de las personas a través de los aspectos positivos que les llevan a tener éxito y la corrección de aquellos aspectos que realmente no aportan bienestar y desarrollo de una sociedad, para por fin, comprender la realidad. Pues el efecto de una historia de vida se ve reflejado en los temas culturales de la sociedad, temas personales, institucionales y en las historias sociales.

Los problemas que podemos encontrarnos a la hora de realizar estas entrevistas pueden ser que los entrevistados no nos digan las cosas como realmente sucedieron, y dejarnos seducir por cómo se expresa el entrevistado y enajenarnos mentalmente. Por este motivo es necesario observar al sujeto con el que hablamos, averiguar si existe coherencia y consistencia en lo que dice, y mantener la distancia.

 

Cuando culmina el estudio de las historias de vida se llega a una profunda reflexión sobre los eventos incluidos, experiencias y sentimientos del entrevistado que son necesarios incluir en la investigación dado que como dijimos en el inicio, la realidad es un compendio de subjetividades y esta es una más.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

OCHOA, J.: “Las historias de vida: un balcón para leer lo social”

 

Estado de bienestar VS neolibelarismo, la educación y el trabajo

Estado de bienestar VS  neolibelarismo, la educación y el trabajo

El neoliberalismo es una corriente socio-política con características culturales y económicas propias. En esta corriente prima el mercado libre y la privatización como búsqueda de la calidad de los servicios, lo que conlleva a transformar a los ciudadanos en clientes. Esto difiere de un “Estado de Bienestar” donde el Estado regula los servicios para que se oferten como públicos, pudiendo llegar a cualquier ciudadano que lo necesite de forma gratuita. Mientras un “estado de bienestar” procura llevar los servicios públicos (la educación, sanidad y lo relacionado con la tercera edad) a todos los ciudadanos por igual, buscando la calidad y cantidad sin importar el rendimiento; en un estado neoliberal destacan las características cuantitativas y no las cualitativas, o dicho con otras palabras, para el neoliberalismo prima la cantidad y el rendimiento, y no la calidad de los servicios que se prestan.

 

Tanto el neoliberalismo como el “estado de bienestar” tienen una base capitalista que procuran perfeccionar; pero hay que distinguir que el estado de bienestar sabe compaginar la economía y la cultura, buscando el bien común; mientras que el neoliberalismo lo hace desde una perspectiva de un país poderoso, buscando de forma frenéticamente la acumulación de riquezas, sin importar los medios, mientras se cumpla el fin. Esta mentalidad de quitar importancia al medio para llegar al fin, es lo que nos lleva a la pérdida de los valores morales y culturales, que a su vez provocan problemáticas en áreas sociales y culturales.

 

En un estado de bienestar el fin último es el bienestar del ser humano en toda su extensión, de tal manera, que el Estado interviene para poder poner al alcance del individuo todos los medios necesarios, conjugando su disponibilidad económica en prestar la mayor cantidad de servicios con una calidad y eficacia máximas. Para observar adecuadamente la valoración social de las cosas, tanto en función de su escasez, como su utilidad, se debe promover y tutelar el funcionamiento libre de los mercados, impidiendo las conductas monopólicas, oligopólicas y las interferencias del Estado, y así mantener un sistema político estable basado en la libertad individual; siendo necesario para ello estudios y modificaciones pertinentes, y evitar desequilibrios e inestabilidades de todo tipo.

 

En el sistema de estado de bienestar, el sector de la formación /educación que se ha de impartir a los individuos, debe centrarse en lo cualitativo, igual que su política, con el fin, de proporcionar competencias de aprender a aprender que sustenten una actitud para autoformarse, detectar necesidades de formación y tener una actitud positiva para la movilidad, con el objeto de educar para el trabajo y que los individuos no fracasen en este aspecto. Esta educación comienza en las primeras etapas a partir de las competencias básicas que pretenden que el sujeto se autorealice y se integre en una sociedad. Cada nivel de la educación proporciona unas competencias específicas acordes a la edad de los individuos, éstas parten de las competencias generales y de actitud o personalidad del trabajador hasta llegar a las competencias ocupacionales específicas. Por eso, cuanta más formación y competencias tenga un sujeto, mayor posibilidad de encontrar empleo tendrán.

La ideología competitiva neoliberal conduce a un empobrecimiento cultural, donde todo se reduce a elementos relacionados con la empresa, el mercado, la gestión, la productividad y la innovación, reduciendo el proceso de desarrollo del ser humano y social a las percepciones, motivaciones y comportamientos de un sistema global, en la que la individualización y personalización son irrelevantes para la economía que es lo importante. Por ello, la escuela neoliberal promueve una mentalidad competitiva para crear la lógica del ganador, en la cual la interactuación del hombre con la sociedad está guiada por su interés personal, persiguiendo un máximo de satisfacción, determinado por sus propios fines y sin tener en cuenta el resto de la sociedad o bien aprovecharse de ella. La solución a este problema es cambiar el tipo de educación, pero esta tarea no es tan fácil como se plantea. Antes de cambiar hay que averiguar lo que se pretende conseguir con esta modificación, de tal forma que a su vez se pueda compaginar ciencia y economía con un trasfondo de competencias básicas.

 

El problema que existe en España es que estamos en un sistema neoliberal y lo que importa son los aspectos cuantitativos, a pesar de lo que existe sobre papel. Hemos llegado a esta situación porque la sociedad es muy amplia y ha crecido rápidamente en los últimos años, pero los servicios no han crecido acorde con la sociedad, haciendo que la atención a los ciudadanos sea insuficiente y de baja calidad.

El desempleo juvenil en España es elevado ya que depende de la formación, actitud de cada uno y de la creación de puestos de trabajo a través de los distintos sectores de producción. En este aspecto arrastramos tres condiciones estructurales que aumentan el desempleo:

-         Expectativas de ser funcionario lo que disminuye la autonomía e iniciativa de gestionar el propio empleo.

-         Sobrecualificación: ocupación laboral que requiere menor cualificación de la que tiene certificada, lo que supone que este sujeto pierda su cualificación.

-         No movilizar recursos humanos.

La sobrecualificación y la descualificación están vinculadas y su origen es la creencia extendida sobre el cambio tecnológico y desarrollo, lo que implica un aumento de la cualificación de los trabajadores.

La cualificación y el aprovechamiento de estos conocimientos para el desarrollo de la tarea, sólo se da con los trabajadores de élite pues su profesión implica seguir aprendiendo y generar conocimiento/información, ya que su formación está basada en habilidades conocimientos, creatividad y responsabilidad. Además estos trabajadores gozan del privilegio de una seguridad en el empleo “de por vida”, son valorados psicológica y socialmente, y la empresa amplía, garantiza y completa permanentemente su formación profesional tanto a largo como corto plazo, pues crean una imagen de la empresa ya que colaboran con el capital. La dependencia de la empresa y los trabajadores de élite es recíproca, uno depende de la empresa para tener una calidad de vida y el otro expone cara al público trabajadores que causen buena imagen para vender sus productos.

Por el contrario, los que desarrollan tareas inferiores y rutinarias pueden sufrir una descualificación, dado que están sobrecualificados para la tarea que desempeñan, pues se preparan/educan exhaustivamente para trabajos que no requieren tantas competencias, lo que origina una descualificación al olvidar los conocimientos que adquirieron en su formación y al no ser necesarios para los trabajos que desarrollan ya que las innovaciones tecnológicas hacen la mayor parte del trabajo. No obstante el resto de trabajadores se clasifican:

a)      personal no cualificado pero con trabajo medianamente estable.

b)      los que están muy cualificados pero son contratados como personal sin calificar, que acabamos de explicar.

c)      los que trabajan en puestos precarios tanto por su labor como por sus condiciones en su contrato.

La segregación entre los diferentes trabajadores, se ha convertido en el rasgo dominante de todas las sociedades industrializadas a partir de mediados de los 70, aunque en el estado de bienestar el fin último de su política se hace material (repartir la riqueza en su sociedad), mientras que en el neoliberalismo no. Este corte de trabajadores élite y el resto se debe a las tecnologías de información y comunicación, pues disponen a los trabajadores en una jerarquía, no en forma piramidal, sino en forma de embudo invertido, donde la parte más estrecha está formada por los trabajadores de élite y las más ancha el resto de trabajadores, sin casi la existencia de un estadio intermedio proporcional entre ambos, o dicho de otra forma, que se pasa de elite al resto directamente puesto que el punto de inflexión que los distingue está formado por la maquinaria que realiza el trabajo. Por ejemplo, el trabajador de élite instala un programa en la máquina y sólo se necesita a otro trabajador para que la encienda y se ponga a producir.

Esta segregación entre trabajadores de élite y el resto de trabajadores fomenta la discriminación social ya que los de élite pueden acceder con mayor facilidad a la cultura que el resto de trabajadores.

 

Las TICs (tecnologías de información y comunicación) crean puestos de trabajo, especialmente en el sector terciario, que requieren mucha información/conocimiento pero no tanta fuerza de trabajo, ya que la maquinaria realiza ese trabajo, permitiendo: una organización flexible de los productos, es decir, cambiar la producción en función de la demanda; una deslocalización de las empresas repartiendo sucursales por distintos países; y una globalización, es decir, tener un núcleo generador de la información que la envíe a distintos países sin necesidad de tener núcleos generadores de conocimiento en cada lugar donde exista la empresa. Pero como contrapartida esta maquinaria produce más y mejor con un menor número de empleados, convirtiendo a los trabajadores en un ejercito de reserva para la industria que depende del volumen de ventas, pues se contrata y despide en función de la demanda sin protección social, y en caso de que exista seguridad en el empleo con la firma de la empresa, tiene como reverso la precariedad del empleo. Por eso, para vencer el paro, las empresas han de ser más competitivas y aumentar su producción, lo que llevaría a contratar a más trabajadores. Esto estimularía la situación del comercio pues a más disponibilidad de trabajo, más productos y servicios, los precios se abaratan y la gente gasta más.

“El ser humano tiene que poder amar su trabajo y adherirse a los fines de su empresa para dar lo mejor de sí mismo” (Gorz, 1997). Para ello según formula Peter Glozt hay que: solidarizar a los fuertes con los débiles. Esta ética se enfrenta a la situación de rendimiento, esfuerzo y profesionalismo, sin humanización, donde lo que prima es el egoísmo hipercompetitivo del neoliberalismo que permite que sólo triunfen los mejores y mientras, el resto de trabajadores en precario, parados y marginados, reciben ayudas económicas para que continúen en su situación de precariedad, sin ser estimulados y recompensados por su esfuerzo, y ayudándoles a optar a puestos de empleo permanentes.

 

Como síntesis, la educación va encaminada hacia la producción/mercado y nuestro Estado de neolibelarismo perjudica este sector, ya que la sociedad no es consciente de la realidad, dado que sólo los pudientes pueden permitirse el “lujo” de recibir una buena educación que les permita adquirir un lenguaje político y por tanto hacer una buena crítica política que saque a la sociedad de su estado de enajenación.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

ANGULO, F., Y OTROS: “Escuela pública y sociedad neoliberal”. Niño y Dárila Editores.

FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (1992): “Educación, formación y empleo”.

GARCÍA MONTALVO, J. (2010): Art. “Desempleo juvenil y formación”. El País.

GORZ, A. (1997): “Metamorfosis del trabajo”. Capítulo VI: “Una última transformación de la ideología del trabajo”. Madrid. Editorial Sistema.

SEPÚLVEDA, L. (2002): “El concepto de competencias laborales en educación. Notas para un ejercicio crítico”. Revista digital UMBRAL 2000, nº 8.

SOTELO, I. (2010): Art. “Crisis económica y educación”. El País.

 

Todos manos a la obra

  Se realizó una dinámica de grupo que consistía en resolver un problema matemático para calcular el tiempo que tarda un autobús en realizar un trayecto, siguiendo unas reglas.

  Había una dificultad que impedía resolverlo rápida y fácilmente, pues las medidas de tiempo y distancia eran inventadas, aunque al final se podía establecer una asociación con las de la realidad. Así mismo, para resolver el ejercicio era necesario seguir una serie de instrucciones que dificultaban llegar a la solución, puesto que para empezar había que intentar resolverlo sin lápiz y papel. Pero pronto, se comprobó que en la mayoría de los casos, era indispensable lápiz y papel pues eran muchas medidas e inusuales, y por ello escribirlo era una estrategia para poder avanzar en el ejercicio. Como se puede ver con la utilización de esta estrategia, la PNL (programación neuro-lingüística) interviene en este proceso y es palpable, pues dependiendo de la persona su percepción es más visual, auditiva o kinestésica, y en este ejercicio las personas que fueran visuales o kinestésicas, no serían capaces de previsualizar el resultado sin otro tipo de refuerzo.

 

  Esta actividad no se realizó con el fin de averiguar la competencia en matemáticas, sino para evaluar/valorar, la capacidad de trabajo cooperativo a la hora de explicar ideas, comunicarnos sin interrupciones, comprobar que nos expresamos correctamente, respetar las opiniones de los demás y mostrar nuestro apoyo aun sin estar de acuerdo, mantener la atención, respetar las instrucciones, distribuir los tiempos para realizar la tarea, y llegar a unas conclusiones.

 

  El desarrollo de la actividad se vio afectado por la orientación/predisposición a los resultados pues se ha querido acabar pronto y bien, debido a la idea de que era una actividad fácil que se aprendió en el colegio; por ello, nos precipitamos a resolverlo y creó frustración al no lograr el resultado correcto. Este, tal vez, haya sido el gran problema, pues la clave de cualquier tarea es recapacitar sobre cómo resolverla y dividir los procesos, pues se requiere de un planteamiento y organización inicial. Se habla de procesos/etapas y no de tiempo, pues dependiendo de cada etapa se necesitaría más o menos tiempo. El tiempo puede impedir el trabajo cooperativo, ya que en ocasiones se crea el efecto polizón (alguien se descuelga de la tarea indiferentemente de los factores que lo ocasionen, pero no impide que sus compañeros sigan trabajando). En este caso como el trabajo es cooperativo donde todos deben ser iguales, participar y comprender por completo la tarea, este inconveniente se solucionaría dando una pequeña explicación al que se queda descolgado y si aun así no llega a comprenderlo y el tiempo apremia el resto de los integrantes deberían seguir con la tarea hasta resolverlo y finalmente volvérselo a explicar con más detenimiento. El factor esencial de un trabajo cooperativo es aprovechar las distintas facultades de cada individuo y encaminarlas hacia el mejor resultado, actualmente esto lo vemos reflejado en muchos campos de la vida práctica. Cuando se trabaja cooperativamente se comparte la metacognición, es decir, se genera conocimiento al plantear la información de cada uno, contrastarla, recapacitar sobre ella y llegar a una conclusión, incluso mediante consenso se pueden crear reglas alternativas a las originales siempre y cuando pretendan mejorar los resultados.

  Otro factor clave es la responsabilidad, pues uno debe ser responsable de sí mismo, hacer que los demás sean responsables y responsabilizarse de todo el equipo, pues es la forma de fomentar la confianza y crear mejor clima a la hora de trabajar, pues cooperar es convivir. Para ello, destinar roles a cada uno de los componentes puede ayudar al trabajo cooperativo y evitar el efecto polizón. Los roles siempre están presentes pero es necesario ser conscientes de ellos para que el trabajo salga adelante. Esto no se hace con el fin de que unos trabajen más o menos, sino para tener presente todas las funciones que sustentan el trabajo.

Estos roles pueden ser:

-         Coordinador: encargado de coordinar el material, controlar el tiempo, hacer respetar las normas…

-         Secretario: encargado de anotar, recopilar y sintetizar lo que se trabaje.

-         Supervisor del orden: encargado de realizar tareas de observación, centrar el trabajo para evitar la dispersión de los miembros…

-         Incentivador del diálogo: responsable de procurar que los miembros del equipo intervengan en la realización de la tarea.

-         Etc.

 

  Esta dinámica realizada en clase, es una estrategia más que nos dota y amplía nuestro conocimiento sobre la competencia de “aprender a aprender”, entiendo por trabajo cooperativo la asociación entre personas que van en busca de ayuda mutua en tanto procuran realizar una actividad conjunta, de tal manera que puedan aprender unos de otros.

 

  En definitiva, este tipo de trabajo no garantiza la eficacia, pero coordinando acciones es posible alcanzar objetivos que de otra manera no se podrían conseguir. En añadido, permite la unión, el apoyo mutuo, mayor voluntad, consiguiendo crear más y cansándose menos... ya que los esfuerzos individuales articulados en un grupo cooperativo cobran más fuerza.