TGD
El T.G.D. (trastorno general del desarrollo) es una perturbación grave y generalizada de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipadas. Este trastorno se divide en: trastorno de Rett, trastorno de Asperger, trastorno de Tourette, trastorno desintegrativo infantil, autismo.
En concreto, trataremos el trastorno del autismo. Este trastorno se manifiesta en el área de comunicación, socialización y de flexibilidad / imaginación social. Es el resultado de un déficit cognitivo asociado a la falta de interactuación con otras personas, ya bien sea de forma verbal o no-verbal, y de extracción del significado de situaciones y sucesos. Con ello no se pretende decir que el autismo este relacionado con un nivel de CI determinado y falta de comunicación, pues existen personas con CI alto que son autistas; sino que ciertos trastornos del desarrollo en las áreas de la conducta, la motricidad, el lenguaje y el aprendizaje, son secundarios al autismo, dado que los conflictos de origen emocional, son la principal distorsión en las relaciones interpersonales tempranas.
Es un trastorno bastante frecuente y no lo podemos considerar como una patología rara; por lo tanto no debemos negar o postergar su diagnóstico e intervención, ya bien se trate de un autismo profundo o leve, ni desatender las preocupaciones de las familias, debido a la angustia que se podría generar en éstas. Así como una colaboración escuela-familia y trabajo con la familia para que conozcan mejor al niño afectado.
La intervención llevada a cabo se puede organizar en base a 3 aspectos vistos anteriormente: imaginación, comunicación y socialización. En cuanto a la imaginación, la intervención girará en torno al juego, pues si los niños no presentan conductas de juego será muy difícil que tengan un buen nivel de socialización. Para trabajar la comunicación se utilizarán pictogramas. En la socialización se emplearán recursos gráficos que expliquen cómo las emociones intervienen en los sujetos tanto de forma verbal como no-verbal.
En la ponencia de Susana se resaltó la importancia de hacer funcionales los aprendizajes que deben adquirir los alumnos pero en especial la integración social en niños autistas. Esta labor requiere de mucho tiempo y para ello se debe crear un clima acogedor, cálido, de confianza, seguro y donde el alumno se siente a gusto y donde el docente sea cariñoso, ayude, apoye las iniciativas de los alumnos y los motive, creando un entorno que propicie la acción. Las rutinas también ayudan a crear este tipo de clima, ya que al repetirlas diariamente el alumno las sabe realizar sin confundirse y eso le trasmite seguridad. Así mismo, estas rutinas también sirven para adquirir hábitos y costumbres para la vida diaria tanto dentro de la escuela como fuera. Un ejemplo, la rutina de saludar y despedirse cuando llegan o se van de clase, inician a los alumnos en las costumbres que la sociedad ve correctas y necesarias para la vida en comunidad. Esta metodología nunca hay que olvidarla sobre todo cuando se trata con los más pequeños.
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